No decía palabras,acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,porque ignoraba que el deseo es una preguntacuya respuesta no existe,una hoja cuya rama no existe,un mundo cuyo cielo no existe.La angustia se abre paso entre los huesos,remonta por las venashasta abrirse en la piel,surtidores de sueñohechos carne en interrogación vuelta a las nubes.Un roce al paso,una mirada fugaz entre las sombras,bastan para que el cuerpo se abra en dos,ávido de recibir en sí mismootro cuerpo que sueñe;mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.Aunque sólo sea una esperanzaporque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe. Desolación de la quimera (1962)
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